Matisse en Polanco es de esos lugares que combinan elegancia clásica con calidez. Ubicado en una casona encantadora, ofrece una experiencia que se siente familiar, pero con toques refinados. Su cocina es una mezcla entre platillos internacionales y sabores mexicanos bien ejecutados —el filete al vino tinto y la sopa de cebolla son imperdibles. Es ideal para desayunos tranquilos, comidas de negocio o cenas románticas. El servicio es atento y amable, y la atmósfera, acogedora sin ser pretenciosa. Un rincón muy bien cuidado que invita a regresar.