En el cruce entre cafetería de día y bar con vinilos de noche, Café de Nadie, en la Roma Norte, ofrece algo más que buena música y cocteles bien servidos. Su hamburguesa se ha ido ganando un lugar entre los favoritos del menú, gracias a su enfoque en sabor profundo y técnica bien ejecutada. La estrella es su hamburguesa con robata, preparada al estilo japonés sobre carbón, lo que le da a la carne un toque ahumado muy característico, sin llegar a ser invasivo. El pan, suave pero resistente, sostiene bien la carne, que suele servirse jugosa y en buen punto. No es una hamburguesa enorme, pero sí bien balanceada. Se acompaña con papas fritas recién hechas, con un sazonado casero que suma bastante. Nada de papas congeladas o genéricas: aquí las guarniciones están pensadas para estar a la altura del plato principal. Parte del encanto está en el entorno: Café de Nadie tiene una atmósfera relajada y cuidadosamente curada, donde la música en vinil y el diseño del lugar hacen que comer ahí se sienta como parte de una experiencia más completa. Ideal para una cita informal o una tarde de tragos con buena comida. Aunque el precio no es el más accesible, se justifica por el entorno, el sabor y la ejecución. No es una hamburguesa para matar el antojo rápido, sino para disfrutar con calma. La hamburguesa de Café de Nadie es ideal si buscas un sabor distinto, con notas ahumadas y un ambiente que acompaña bien. No pretende competir en tamaño o exceso, sino en estilo y carácter. Perfecta para una noche relajada donde la comida es tan importante como la música y la compañía.