Estadio Olímpico Universitario

Estadio Olímpico Universitario

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Visitar el Estadio Olímpico Universitario es una experiencia que mezcla arquitectura, historia olímpica y el espíritu vibrante de la UNAM. Más que un recinto deportivo, es una pieza viva del paisaje cultural de la Ciudad de México, enclavada en el corazón de Ciudad Universitaria, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. Lo primero que sorprende al llegar es el entorno. El estadio no está aislado ni levantado sobre acero frío: está integrado al terreno volcánico del Pedregal de San Ángel. Cuando caminas alrededor, ves la piedra negra rodeando la estructura, casi como si el edificio hubiera emergido directamente de la lava petrificada. Esta armonía arquitectónica con la naturaleza es uno de sus mayores encantos. No es un estadio agresivo ni invasivo: es un gigante discreto que se adapta al paisaje. En la fachada principal te recibe el mural en relieve de Diego Rivera, una obra monumental que combina piedra volcánica, colores terrosos y figuras simbólicas. Representa la unión entre la educación, el deporte y la cultura mexicana. Muchos visitantes llegan al estadio sin saber de su existencia… y salen enamorados. Es un punto perfecto para fotografías —sin necesidad de gran angular— ya que el mural completa la composición con cielo abierto alrededor. Si puedes, ve un partido del Club Universidad (Pumas). La vibra es distinta a otros estadios: aquí se siente la identidad universitaria, la mística del “Goya”, los tambores, las porras de generaciones de estudiantes y egresados. El sol pega fuerte si te toca en sombra inexistente —CU es famoso por su luz intensa—, así que lleva gorra y agua. Pero cuando el juego inicia y el estadio se activa, todo ese clima forma parte del ritual. El estadio es solo una parte del recorrido. Aprovecha para caminar por CU: Las fácilmente reconocibles Facultades con murales exteriores. La icónica Biblioteca Central, con su fachada cubierta por el mural de Juan O’Gorman. El Espacio Escultórico, rodeado de naturaleza y silencio. La Rectoría y su mural de Siqueiros. Moverte a pie es sencillo, seguro y agradable: hay rutas peatonales, ciclovías y muchas sombras bajo jacarandas (si vas en marzo-abril, verás un espectáculo morado). La mejor hora para visitar: temprano por la mañana o justo antes del atardecer; las sombras sobre la piedra volcánica son increíblemente fotogénicas. No olvides llevar: protector solar, calzado cómodo y agua. CU es enorme y se camina mucho. El Estadio Olímpico Universitario no solo es un sitio para ver deportes: es un espacio para conectar con la historia moderna de México, con la energía estudiantil y con uno de los campus más bellos del mundo. Si viajas a la Ciudad de México y buscas un lugar diferente a los típicos puntos turísticos, este estadio es una joya escondida que combina cultura, naturaleza y emoción.
lunes: 9:00 a.m. – 6:00 p.m.
martes: 9:00 a.m. – 6:00 p.m.
miércoles: 9:00 a.m. – 6:00 p.m.
jueves: 9:00 a.m. – 6:00 p.m.
viernes: 9:00 a.m. – 6:00 p.m.
sábado: Cerrado
domingo: Cerrado
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