En una ciudad donde las tortas son prácticamente patrimonio cultural, no es fácil destacar. Pero Tortas Niza, con más de 40 años de historia, ha sabido ganarse su lugar como uno de esos sitios que sobreviven al tiempo, a la moda y a la competencia feroz. En su sucursal de Pedregal, este clásico chilango sigue demostrando por qué es sinónimo de tortas bien hechas.
Ubicado en Cráter 709, Jardines del Pedregal, Niza no es una fonda de paso ni una tortería de esquina cualquiera. Es un lugar que se nota cuidado, con un ambiente casual pero bien montado, ideal para ir con la familia, con amigos o incluso para una comida rápida de oficina. El servicio es atento, ágil, y se percibe una sensación de “casa conocida”: muchos de los meseros llevan años ahí, y eso se nota en la consistencia.
Aunque el nombre lo dice todo, en Niza el menú es sorprendentemente amplio: desayunos completos, sándwiches, hamburguesas, ensaladas, sopas, platos fuertes y postres. Pero vamos a lo que importa: las tortas.
Con más de 25 combinaciones disponibles, hay algo para todos los gustos. Desde las clásicas (jamón, pierna, milanesa), hasta opciones más cargadas como la torta cubana o la de cochinita pibil. Los ingredientes se sienten frescos, las porciones son generosas, y el pan (suave por dentro, doradito por fuera) es de esos que cierran bien el trato.
No es una tortería barata. Para algunos, esto puede parecer excesivo tratándose de una torta. Pero si consideramos la calidad de los ingredientes, la limpieza del lugar, la zona y la atención, muchos coinciden: vale la pena.
Si estás en el sur de la ciudad, sí, sin duda. Tortas Niza Pedregal no es una experiencia gourmet ni pretende serlo. Es, más bien, una representación sólida de lo que puede ser una torta bien hecha en un entorno cómodo y confiable. No es para todos los días —ni para todos los bolsillos—, pero sí es ese lugar al que quieres volver cuando tienes antojo de algo contundente y bien preparado.
