En el barrio de la Tránsito, muy cerca del corazón del Centro Histórico, se esconde uno de esos secretos a voces que todo buen chilango debería conocer: Tacos El Gran Abanico. Este local, ubicado sobre Gutiérrez Nájera s/n, es un referente cuando se habla de carnitas bien hechas, abundantes y con auténtico sabor michoacano.
Aquí no hay vuelta de hoja: las carnitas son la estrella. Ya sea que pidas maciza, costilla, buche, cuerito o surtida, el sabor es consistente: bien cocido, sin exceso de grasa, y con ese punto crujiente que emociona. Se nota que hay técnica y tradición detrás de cada preparación.
Los tacos son grandes, bien servidos y con doble tortilla, como debe ser cuando se trata de tacos sustanciosos. Si vas con hambre, dos o tres son más que suficientes.
El lugar no se limita a carnitas. También puedes encontrar tacos de chamorro, bistec, cecina, costilla de res, e incluso quesadillas de sesos, para los que buscan algo más tradicional. Las salsas varían en picor, pero en general tienen buen sabor —aunque no siempre pican tanto como uno esperaría. Hay nopales, frijoles y refrescos clásicos para completar la experiencia.
El local tiene dos pisos y buen flujo de atención, aunque suele estar muy concurrido, sobre todo fines de semana. Aun así, el servicio es rápido y organizado. Es una taquería con estructura, no un simple puesto, y eso ayuda cuando hay mucha gente.
Eso sí: sólo aceptan efectivo, así que ve preparado.
Veredicto final: El Gran Abanico es una taquería con oficio y corazón. De esas que no buscan presumir, pero que te ganan por sabor, constancia y generosidad en cada taco.